Como vísteis los que me seguís en las redes, hace unos días colgué unas fotos abandonando a su suerte a mi querida (y ya fallecida) Canon SX700HS que tantas alegrías me ha dado durante éstos últimos cinco años. Durante éste tiempo mimé en exceso a ésta cámara, no se ha llevado JAMÁS ningún golpe, se usaron siempre baterias originales haciendo ciclos completos de descarga-carga, siempre en su fundita de terciopelo… y el primer día de la FASE CERO del desconfinamiento, justo cuando más ganas tenía de salir a hacer fotos y llego a un enclave majestuoso, con una paisaje precioso y una luz super suave…. ERROR DE OBJETIVO y ya nunca volvió a encender.
Desconozco si el motivo por el que la cámara dejó de funcionar de repente fué la LUNA LLENA o por otro lado fué la OBSOLESCENCIA PROGRAMADA a las que los fabricantes nos obligan cuando sueldan esos chips maliciosos en sus placas electrónicas… (recordemos que mientras los Gobiernos no tomen cartas en éste asunto son cómplices de ésta práctica).
Como no soy muy amigo de Servicios Técnicos (ya he tenido malas experiencias), decidí tirarla al punto limpio y comprar otra, y ya de paso, cambiar de marca, últimamente Canon me ha defraudado con el funcionamiento y mantenimiento de dos cámaras (Canon 100D y Canon SX400HS).
En un principio, las candidatas eran SONY RX100 V, Canon G9x Mark II y Canon G7x Mark II, pero en el momento mas inesperado y ya justo cuando estaba casi decidido a pillarme la Sony, se presentó ante mis ojos ésta Fujifilm X30 en buen estado estético y muy bien de precio.
Tras varias lecturas, revisión de varias comparativas y visualización de reviews en Youtube, finalmente me decidí por la Fujifilm, a pesar de su antiguedad y su tamaño algo superior a sus compañeras de estudio. Aunque no había oido hablar nunca de éste modelo, me entró por los ojos gracias a su estilo y diseño retro.
La cámara cuenta con 12 Megapixels, buena resolución para las impresiones que yo hago… hay gente que está confundida y se piensa que pasa la impresión de fotografías en formato normal: 10×15 cm o incluso para impresiones de 30x40cm necesita tener cámaras 100 Megapíxeles.
El objetivo es un Fujinon 28-112mm, con aperturas máximas de f2 y f2.8 respectivamente, como podéis ver, SUPERLUMINOSO.
Tiene un visor electrónico muy útil, sobre todo para los que estamos acostumbrados a usar cámaras réflex. Otro detalle que me parece comodísimo, es su interruptor ON/OFF, ya que no dispone de botón físico, basta con girar el anillo del objetivo hacia un lado para encenderla, además, su enfoque es super rápido incluso con poca luz.
Dispone de conexión WiFi para transferir las imágenes al móvil (previa instalación de una APP de Fuji) y para manejar la cámara de forma remota, aunque yo personalmente, ésta opción no creo que llegue a usarla.
Graba las fotografías en tarjeta SD tanto en JPEG como en RAW y los vídeos pueden llegar hasta resoluciones HD de 1080p a 60 fps. Tira ráfagas de hasta 18 fotos por segundo (JPEG).
Sus dimensiones es cierto que no son pequeñas, es algo más grande que las compactas bolsilleras, pero es preferible llevar una cámara un poquito mas grande y obtener mejores resultados: 118,7 x 71,6 x 60,3 mm / 423 grs de peso con la tarjeta de memoria y la batería (NP-95) instalada, con la que podemos obtener hasta 470 imágenes con una sóla carga.
Tiene un sensor X-Trans CMOS II de 2/3 de pulgada con filtro de color primario sin filtro óptico de paso bajo.
De momento, sólo he salido un día a probarla pero me ha transmitido muy buenas sensaciones. En los próximos días iré subiendo a mi cuenta de INSTAGRAM más fotografías tomadas con ésta fantástica cámara.
Aunque no deja de ser una cámara de 2015, con cinco añitos a sus espaldas y un poco anticuada para lo rápido que se mueve el mercado de la fotografía, voy a demostrar que una cámara «antigua» puede sacar fotos tan buenas (o mejores) que la última cámara que haya sacado al mercado Fujifilm y a veces, hay que dar segundas oportunidades.
Si tienes alguna duda sobre ésta cámara, déjame tus comentarios en DM en Instagram. GRACIAS POR SEGUIRME.