Situado en la Plaza de la Catedral en pleno centro histórico de Ávila. Su construcción es heterogénea, datando de principios del siglo XVI.

En el interior destaca el patio central porticado con tres alturas, y del que sólo se conserva el ala septentrional; las dos galerías inferiores con arcos rebajados sobre columnas toscanas, y el superior adintelado. Tras su rehabilitación, se ha convertido en instalación hotelera.

El Hotel Palacio de los Velada se inauguró en 1995, tras una laboriosa restauración en la que se ha cuidado al máximo la esencia histórica del edificio. Está considerado como el «Hotel de Ávila«. Debido a su belleza y estratégica ubicación en el casco histórico de Ávila, está considerado como monumento de interés cultural.

Recientemente he tenido la oportunidad de contemplar en primera persona el interior del palacio así como la desgustación un buen chuletón en el Restaurante El Tostado.

El precio de la carta está dentro de la media, el chuletón tierno y de un tamaño más pequeño de lo que suele ser habitual en Ávila. Las chuletillas de cordero algo escasas si eres de buen comer; salvo que seas un perro y te gusten los huesos… te vas a quedar con hambre.

Me sorprendió el detalle de abonar 2.60 € por un panecillo del tamaño de una albóndiga… imagino que será lo normal en lugares de añtp «status social» y que no suelo frecuentar por razones obvias.

A destacar la profesionalidad del personal, así como la tranquilidad y silencio que se respira en su interior. Decorado con estilo clasista muy acorde a su ubicación. Los baños muy limpios y cuidados. El estilo vintage de los ascensores me flipó.

En terminos generales, me gustó el lugar, volveré seguro.



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