El cortijo fue construido por los frailes domínicos en el siglo XVIII en Níjar (Almería) en pleno Cabo de Gata.

En el patio central tenía un horno para hacer pan, por lo que era conocido como el “cortijo del hornillo”.

Se trata de un cortijo grande que destaca entre el resto de las fincas del área que eran pequeñas o medianas. Es de una sola planta, con un patio central alrededor del cual se encuentran las estancias.

En el complejo también hay una capilla, un aljibe, hornos, cripta funeraria, cuadras y cochineras. La forma en la que está construida es un ejemplo de la arquitectura andaluza y deja ver el estilo de vida que se llevaba en esta zona de explotación agrícola y ganadera. Por su valor histórico, en marzo de 2010 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Fue escenario de una de las tragedias más conocidas del siglo XX y de multitud de películas.

La edificación perteneció a los frailes hasta 1836, ese año fue confiscado por el Estado y subastado. Desde entonces está en manos privadas.

Hoy el cortijo todavía pertenece a una empresa privada, pero la estructura permanece abandonada y deteriorada. Algunos de los muros se desplomaron en 2011. Esto despertó el interés de la Junta de Andalucía en adquirir la edificación, pero la negociación con los propietarios no ha finalizado.

CÁMARA: FUJIFILM X30


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